martes, 25 de diciembre de 2012

3x16: Érase Una Vez Que Se Era Una Chica Y Una Fiera (Especial Navidad II)

LUGAR: En un lugar de ensueño donde tus sueños pueden hacerse realidad
HORA: ¡Y yo que se! Estamos en un mundo de fantasía.

Érase una vez que se era, una chica que vivía en un pueblo llamado Marcalandia, dicha chica se llamaba Lara pero era más conocida como Caperucita Roja, aunque algunos la decían “Caperucica, Caperucica, donde vas tu tan bonica”
Ella vivía en una humilde casita junto con su madre, era feliz y no podía pedir nada más…
-¡NIÑA A VER CUANDO COÑO TE VAS DE MI CASA COJONES QUE ME TIENES HARTA!
-Cuanto se nota que me quieres madre.
-¡Hala, toma esta cesta de melocotones y vete a dárselo a tu abuela!
-¿Tengo abuela?
-Mi madre es tu abuela.
-¿Tienes madre?
La soltó una hostia y la puso en la calle con su caperuza roja. Caperucita se fue con su cestita cantando alegremente y saltando una canción.
-Voy a casa de mi abuelita que seguro esta viejecita, y espero no encontrarme con alguien que me haga mearme.
Entonces Caperucita tuvo que dejar de cantar porque escuchó algo entre los matorrales, asustada e inocente se acercó y pregunto quien había ahí. Un hombre de repente salio de los matorrales asustando a Caperucita la cual su reacción fue sacar una pistola y liarse a tiros.
-Para, para, para, coño que me das niña de los cojones.-dijo aquel hombre calvo y con bigote blanco-Joder con la niña, a ti no te secuestran no. Y de donde has sacado esa arma tan adelantada a nuestro tiempo.
-En el mundo de la imaginación todo es posible.-contestó con dulzura-Quien eres tu y porque has intentado asustarme.
-Créeme, me he asustado yo mas que tu. Bueno, a lo que vamos, soy un Elfo “del bosque”-señalo ampliamente a su alrededor-y mi cometido es avisarte de que encontraras extrañas criaturas si no sabes elegir el camino correcto.
-Y que camino debo elegir.
-Pues solo hay uno seguro, al final de este sendero encontraras dos bifurcaciones, el camino de la izquierda es el divertido donde encontraras gente que juega a una nueva modalidad deportiva a la que puedo llamar orgullosamente futbol.
-¿A si? Y que hacen.
-Pues tienen un objeto redondo cubierto de piel de delfín…
-Pero si los delfines son inteligentes, y donde habéis encontrado uno, si por aquí no hay mar.
-Precisamente, tan inteligente no seria cuando lo encontramos vagabundeando por un pueblo muy cerca de aquí. Continuo, el juego trata de pasarse el objeto redondo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez,…
Caperucita miraba a los lados, no sabia que hacer, pensaba que se le había atragantado algo, no hacia más que repetir lo mismo una y otra vez. Cuando Caperucita iba por su tercer jersey hecho a mano, comprobó que el Elfo variaba su discurso.
-...una y otra vez, hasta que por fin llegan al punto donde deben tirar para anotar un, lo que yo llamó, maravilloso gol.
-Vale, ¿y el camino divertido?
-Ese era el camino divertido.
-Lo que tu digas, adonde lleva el otro sendero pesado.
-Pues ese camino te retrasara mucho rato, en el encontraras dragones, princesas, lobos, niños repipis que se comen casas de caramelo, una joven muy rara llamada Bella que se enamoró de una bestia llamada Dani Alves, brujas, demonios, Belén Esteban, que es lo mismo, también...
-Vale, ósea que debo elegir entre el sendero del coñazo más absoluto o ir por el camino más alucinante del mundo. Pues aquí te dejo pringao, haber si por casualidad me encuentro con una orgia a la que unirme.
Y Caperucita siguió su camino en busca de aventuras, cuando llegó a la bifurcación eligió sin dudar el sendero de la derecha, esperaba conseguir un poco de emoción en su vida. De repente su andar fue detenido, apoyado en un árbol vio un muñeco de madera, se acercó y su sorpresa fue mayúscula al ver que abría los ojos, como era de esperar le lleno de balazos el cuerpo.
-Pero tía, que soy de madera pero no irrompible.
-¿Hablas?
-No, justamente detrás de este árbol hay un pringao que esta haciendo la voz por mi.-Caperucita se inclino para mirar-¡Pues claro que soy yo estupida!
-Para ser un muñeco de madera tienes muy mal humor. Por cierto, me ha parecido ver que cuando has dicho lo de que había un hombre imitando tu voz, te crecía la nariz.
-Es una maldición, me pasa cuando miento.
-Por cierto, como te llamas.
-O si, perdona mis modales, es que cuando me disparan pierdo la compostura, mi nombre es Guardiocho.
-Y dime Guardiocho, ¿ya te habían disparado alguna vez?
-No, esta es la primera;-la nariz empezó a crecerle-bueno, quizás una o dos veces;-la nariz le creció mas-Vale, vale, vale, muchas veces, pero siempre inmerecidamente;-la nariz le creció.
-Y que haces aquí tan solito.
-Pues es que mi puto abuelo me ha abandonado, dijo que estaba hasta los mismísimos huevos de cuidar a un niñato de madera como yo, y ya ves tú, si soy muy bueno-le creció más la nariz.
-Sabes una cosa Guardiocho,-se mordió el labio-me estoy poniendo muy cachonda con tu nariz.
-Pero será guarra y calenturienta la tía.
-Que pasa, no te gustan las chicas.
-Claro que me gustan-la nariz le creció tanto que atravesó medio bosque y mató a un oso.
-Veo que aquí no tengo nada que hacer, me voy… mariposon.
-Que no soy gay-esta vez mató a cuatro ancianas que estaban comiendo tranquilamente en sus casas a veinte kilómetros del lugar donde se encontraba Guardiocho.
Caperucita decepcionada pero sonriente, siguió saltando y cantando por aquel sendero.
-Un muñeco de madera que pasea por la otra acera, tiene un gran corazón pero es muy maricón.
-¡Eh querida damisela!-Dijo una voz detrás de ella.
Sacó de nuevo la pistola y empezó a disparar, esta vez no dio a nadie.
-¿Quién habla?
-Aquí a tu izquierda
Miró y vio a un hombre vestido de azul.
-¿Eres la muñeca vestida de azul?
-¿Qué? ¡No! ¿No ves que soy un tío pava?-La cogió la mano y se la besó-Me llamo Piqué y soy el príncipe azul.
-Tú antes fuiste una rana ¿verdad?
-¡Como lo sabes oh mi bella dama!
-Porque esos labios no son de ponerte botox precisamente.
-¡Pero será japuta la tía!
-¿Te puedes quitar de mi camino? Llego tarde a la casa de mi abuela.
-Cásate conmigo, oh mi bella dama.
-¡Mira! Shakiruja, la bruja
-¡Donde!
Aprovechó que se giró para salir corriendo, por el camino se le cayeron varios melocotones pero la dio igual, continúo su camino.
-Con un Príncipe Azul rana me he encontrao, por el camino se me han caído varios melocotones porque el me ha tocado los cojones.
Entonces escuchó algo, como una voz apagada y débil, pasó de ello y prosiguió su camino, entonces escuchó un grito debajo de ella.
-¡EHHH! ¿zajhsnaoweihayebsb?
-Perdón ¿Qué dices?
-Nsayuiqjbdeuibdyuvwbgwyuvw
-Lo siento pero no te entiendo una mierda.
De detrás de un árbol salio un hombre y Caperucita se asustó.
-Tranquila, soy el traductor de este hombre tan pequeñito que ves ahí.
-A vale ¿Qué dice?
-Dice que no le pises su casa que su trabajo le ha costado.
-¿Y quien se supone que es?
-¿Es que no lees cuentos tía? Es el mejor personaje de los cuentos del mundo, es Messircito.
-¿Miersicito?
-¡No! ¡Messircito!
-Pues eso, Miersicito.
-¡JKSHCDUICGYDEVYUXEUVGCD!
-¡Pero que coño dice!
-¡Dice que no le insultes!
-Yo no le estoy insultando, le estoy llamando por su nombre.
-¡No es verdad! ¡Estas blasfemando!
-Ni que fueses el cura del exorcista macho.
-Bxhbwyuswygvswyuvwhvwyv.
-Dice que sigas tu camino y dejes los territorios de Messilandia.
-Un momento ¿estos son los terrenos de Messilandia?
-Si, lo son.
Salió corriendo cargándose la seta de Miersicito (¡Es Messircito!) y se escondió detrás de un árbol para respirar, debía salir de esos territorios antes de que apareciese la bruja de aquellos lugares, era una mujer horrible, te implantaba en la cabeza unas ideas que tú no querías. Si, debía salir de allí cuanto antes pero justo cuando se disponía a continuar el sendero apareció un ser horrible, asqueroso, con ojos de loca, la boca repleta de baba, con…
-Vale, ya lo han entendido.
Lo siento, es mi deber de narrador explicar como eres, a lo que iba, Caperucita se asustó ante el temor de encontrarse con quien no quería.
-O no, es la bruja Carameló.
-Pero mis amigas me llaman Carme.
-¿Carma? Y otra cosa, ¿tienes amigas?
-Bueno si, en realidad son unas periquitas, aunque ya no están conmigo, yo juraría que no había dejado la jaula abierta.
-No me extraña que aprendieran a abrir puertas-dijo por bajo Caperucita.
-¿Qué dices?
-No nada, que a lo mejor se las comieron unas gatas.
-Pues eso, y es Carme terminado en e.
-¿Y esa gilipollez?
-Es Carmen en catalán.
-No se si sabes pero estamos en un mundo de fantasía, aquí no hay comunidades.
-Oye, que Cataluña es un país.
-Claro, y seguro habrás oído alguna vez que eres guapa.
-Pues si, me lo dijeron un par de niños hace poco a los que me comí, se llamaban, si la memoria no me falla, Hansel y Gretel.
-Joder lo que ha cambiado el cuento, ni que esto fuera Érase Una Vez, que por otra parte es una serie buenísima, deberías verla.
-A lo que íbamos, porque no vienes a mi casita de caramelo, veras todo tipo de colores blaugrana-se le caía tanta baba que provocó un tsunami que inundo el poblado de los pitufos, vecinos de Messilandia.
-No siento lo que voy a hacer.-Caperucita sacó una foto que hizo que la bruja Carameló saliera corriendo como si hubiera visto al mismísimo demonio-Si es que nunca falla, que hermoso es mi Cristiano Ronaldo.
Y de nuevo Caperucita continuó su camino saltando y cantando a casa de su abuelita.
-La bruja Carameló hizo su aparición, decía tenia amigas y no eran ni conocidas. Con una foto de Cristiano se asustó, menudo disgusto se llevó.
Algo volvió a hacer que Caperucita se detuviera, un bonito gatito con sombrero y botas le interrumpió el paso.
-Que pasa quilla, mi nombre es Ramos, el gato que pota.
Caperucita gritó asustada al escuchar que hablaba y le pegó una patada que le mandó muy lejos.
-Puto gato, que susto me ha dado, por cierto, juraría que ha dicho que era el gato que pota. ¿No querría decir que era el Gato con Botas?
Caperucita le buscó pero no le encontró así que también le dedico su siguiente canción.
-El Gato no me atacó pero yo le di un buen patadon, sigo buscándole pero para mí que se ha escondido el muy cobarde.
-¿Dónde se te ocurren esas canciones?
Caperucita volvió a asustarse.
-¡Joder! ¿Podéis salir por delante y sin asustar cojones?
-Lo siento.
-¿Y tu quien eres…-le miró de arriba abajo y vio que era un hombre vestido de mujer-…travesti?
-¿Cómo que travesti? ¡Que aquí uno tiene una reputación!
-¿Y porque vistes de tía?
-Me llamo Cescnicienta.
 Caperucita empezó a descojonarse y Cescnicienta se enfadó
-Disculpa-dijo secándose las lágrimas de los ojos-es que eso ha sido buenísimo.
-Mis padres me pusieron ese nombre tan estúpido, ahora todo el mundo se mete conmigo.
-Esperaban una mujer y les saliste tú ¿no?
-¡Pues si! ¡Jopetas, deja de reírte!
-Perdón, perdón-Volvió a secarse las lágrimas-¿Y porque vas vestido de tía?
-Es que es para que no me reconozcan, soy tan conocido por aquí que están todo el día acosándome ¿sabes?
-Hola que tal Cescnicienta-Dijo un hombre que pasaba por allí.
-¡DEJAD DE ACOSARME!-Dijo Cescnicienta corriendo por el bosque como un descosido y perdiendo un zapato de cristal por el camino.
-¡Ale, ya tengo un zapato para mi niña!-Dijo el hombre.
Caperucita siguió su camino.
-Con un travesti me he encontrado menudo tarado, creía que le había dado un pronto y es que tan solo es un poco tonto.
-¡Pssssssss! ¡Calla mujer!
Caperucita se giró y vio a una mujer entre los matorrales.
-Y tu eres…
-Me llamo Cristina, Cristina Cubero-dijo por bajini.
-Muy bien, ¿Y que haces aquí?
-Estaba durmiendo hasta que me has despertado.
-Un momento ¿eres la bella durmiente?
-Si, lo soy.
Caperucita empezó a reírse de nuevo y Cristina no entendía porque.
-¿De que cojones te ríes?
-Durmiente vale pero ¿Bella?-Siguió riéndose.
-¡Administrador de este blog! ¡Eso es un ataque machista! ¡Si permites eso eres un machista!
Que si maja, que lo que tu digas ¿te has tomado la pastilla?
-¡NO LO PIENSO TOLERAR! ¡MACHISTA! ¡FASCISTA! ¡PERRACO!
Caperucita pasó de todo y se fue aprovechando que Cristina estaba con sus locuras.
-Esta chica tendrá un buen Volvo, pero lo que necesita es echar un buen polvo.
Siguió caminando y por el camino se encontró con una chica que vestía de blanco y la cual estaba embarazada, además estaba bailando una cosa extraña.
-¡Eh! ¿Quién eres tu y porque pasas por aquí?
-¿Esta prohibido pasar por aquí?
-No, pero cada vez que mis enanitos ven a alguien nuevo se vienen arriba.
-¡Ahijó boluda! ¡Estas rebuena!-Dijo uno de los enanitos que tenía cara de Miersicito.
-¡Que es Messircito coño!-Dijo una voz que procedía del bosque.
-Hola, soy Blankhira y estos de aquí son mis siete enanitos, pronto llegará el octavo.
-¿Tu no estabas con el Príncipe Azul?
-Si ¿Por qué lo dices?
-Porque estos enanitos se parecen mucho a Miersicito ¡Cállate hostias!-Dijo antes de que la voz del bosque volviese a interrumpirla.
-¿Acaso estas loca?
-Algo parecido si.
-Boluda, sigue bailando que vos nos ponéis.
-Estos enanitos están un poco salidos ¿no?
-Ya sabes, las hormonas es lo que tienen.
Blankhira se puso a bailar el waka waka y los enanitos estaban disfrutando con ellos, le pareció ver a uno tirandose a un árbol.
-Me he encontrado a Blancanieves en medio de un prado y no se que enanito estaba más hormonado.
Entonces escuchó un ruido no muy normal, sacó su pistola y apuntó por todas partes, algo se movía muy rápido, se giró y allí le vio, delante de ella, era el Lobo Feroz.
-Hombre abuelita, cuanto tiempo sin verte.
-No soy tu abuelita.
-Abuelita, abuelita, que ojos mas grandes tienes.
-Que no soy tu abuelita.
-Abuelita, abuelita, que orejas mas grandes tienes.
-Niña, que no soy tu abuelita-dijo el Lobo perdiendo la paciencia.
-Abuelita, abuelita, que boca mas grande tienes.
-A que te como.
-Jo abuelita, que borde estas.
-Pero que no soy tu puta abuela, que me la he comido, pues si, tenia hambre pero no soy tu puñetera abuela.
-Pero si mi abuela es una gran luchadora, como has hecho para conseguirlo sin que te matara.
-Pues muy sencillo, la dije que venia de un sendero donde han creado un juego diferente al resto, donde con un objeto redondo la gente toca, toca, toca, toca, toca, toca, toca, toca,…
Durante mas de media hora, minuto arriba, minuto abajo, en el que el Lobo repetía lo mismo una y otra vez, Caperucita se quedó dormida entonces el lobo aprovechó el momento para tomarse el postre y se la comió. El Lobo tenía una gran barriga que se veía a kilómetros, le costaba andar y se topó con una gran rama donde al otro extremo alguien decía “juro que no soy gay” y esta seguía creciendo cada vez más. Se tumbó a la orilla de un río para hacer la digestión y descansar, pero entonces un cazador que vio al Lobo Feroz se frenó en seco.
-Hostias, que buen ejemplar, colgare su cabeza en mi salón, aunque tiene una “cara de asco” que no se la aguanta, ya se, le llamare Lobo Carrasco.
Pero el cazador notó que algo se movía dentro de esa barriga, se acercó y escucho una voz melodiosa.
-El puto lobo me jodio porque me durmió, y tras estar descansando me encuentro en su barriga cantando.
El cazador abrió con un cuchillo la barriga del Lobo Carrasco y sacó de allí a Caperucita, su abuelita hacia tiempo que fue digerida.
-Gracias mi salvador, a quien debo el honor de esta magnifica proeza.
-Pues…
El Lobo interrumpió la charla al despertarse.
-Jo tío, te has pasado un huevo, ya que me habías abierto haberme cerrado después y haberme metido un puñado de piedras para que no pudiera seguiros, como en el verdadero cuento.
-No si mi intención es que fueras un trofeo poniendo tu cabeza en mi salón-el cazador levantó su arma y apuntó al lobo pero fue detenida por Caperucita.
-No, dejadle vivir, ya tiene suficiente con lo que tiene. No te recomiendo que presumas de una buena caza pues es más pesado que una vaca.
El cazador estuvo dubitativo pero finalmente aceptó a dejar al Lobo con vida. Caperucita y él decidieron volver a casa el cual compartirían camino hasta separarse mas adelante.
-Por cierto, sigo sin saber el nombre de mi héroe.
-Pues la verdad es que…
-Que más da,-interrumpió al cazador cuando iba a dar su nombre-igualmente tengo una canción buenísima para entretenernos. Iba a casa de mi abuelita y me encontré con un mariquita, un príncipe azul se plantó frente a mi cara pero para mi que era un poco rana, había una pequeña aldea en el que me encontré un pequeño llamado Miersicito y no media mas de un dedito, una bruja quería llevarme al lado oscuro y con una foto se fue a tomar por culo, al gato con botas de una patada lejos mandé porque al hablar me asusté, una mujer que pensé era un travesti llamada Cescnicienta y era un poco harapienta, la bella durmiente se despertó al grito de machista y de un puñetazo me dieron ganas de mandarla al dentista, Blankhira preñada apareció al son del waka-waka y para mi era mas bien una caca, y por ultimo el lobo me comió pero un cazador me rescató.
Caperucita repitió la canción durante todo el camino, que memoria mas prodigiosa tenía para acordarse de todo lo que había dicho. El cazador por su parte le daban ganas de cargar su arma y decir que la había disparado a la joven en un trágico accidente pero el camino llegaba a su fin y la alegría lo desbordó al saber que no volvería a verla.
-Señor cazador,-dijo Caperucita ya cuando estaban a punto de tomar cada uno su sendero-no tengo nada que hacer, mi madre pensaba que esta noche la pasaría en casa de mi abuelita, puedo acompañarle y alegrarle el camino con mi hermosa canción.
El cazador abrió mucho los ojos y miró al cielo.
-Porque, no entiendo, porque.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

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